Camacho: símbolo de discriminación, racismo, fascismo y separatismo en Bolivia

Desde noviembre de 2019, el ultra derechista y exlíder del Comité Cívico Pro Santa Cruz y ahora gobernador, el empresario Luis Fernando Camacho, se convirtió en el icono más visible de lo que representa el racismo, discriminación, fascismo y separatismo en Bolivia por sus diferentes actuaciones en el escenario político, que impide retomar la unidad de los bolivianos, a pesar de contar con un gobierno legítimo elegido democráticamente por el 55% de los bolivianos el 18 de octubre de 2020.

Ese rostro fue develado justamente antes, durante y después de los actos conmemorativos por los 211 años de la gesta libertaria del hermoso y cálido departamento de Santa Cruz, mediante denuncias, amenazas y reacciones extremas de esa autoridad, contra la justicia y el gobierno del presidente Luis Arce Catacora.

El empresario comenzó a reaccionar a la defensiva en el momento en el que se iniciaron las correspondientes investigaciones que lo involucran como protagonista del golpe de Estado, situación que también incomodó a otros líderes de la derecha por una supuesta “persecución política”, pero si tan sólo retrocedemos el tiempo, Camacho, junto con otros personajes, actuó activamente en ese periodo con su convocatoria de odio bajo el trillado cuento de fraude en las elecciones de 2019 que nunca fue probado, además de contar con la ayuda de su padre, que por boca propia fue revelado y registrado.

Sin embargo, el cherry de la torta se vivió justamente en pleno aniversario departamental, donde el empresario y también uno de los millonarios bolivianos, sacó a relucir todas esas características en pleno acto protocolar de ofrenda floral en la plaza “24 de Septiembre” de la capital oriental, que contó con la presencia del presidente en ejercicio David Choquehuanca Céspedes, a quien no cedió las palabras alusivas a la fecha mostrando una actitud discriminativa contra el primer mandatario de raíces indígenas del occidente del país.

“Hizo uso de la palabra nuestro alcalde municipal, ésta es fiesta cruceña y quienes vienen a agredir a Santa Cruz, no lo van a hacer. Con mi discurso el acto se da por cerrado”, sentenció Camacho en tono dictatorial, para evitar la intervención de Choquehuanca, que estaba acompañado por algunos ministros que nacieron en esa región.

Ese acto de discriminación fue acompañado de actitudes racistas y violentas ejecutadas por parte de sus seguidores contra dirigentes campesinos vestidos de poncho que se trasladaron esa ciudad para rendir su homenaje en el marco de la unidad de los bolivianos. Lamentable fue ver otra vez chicotazos propiciado por ciudadanos cruceños (cambas) a indígenas como pasó en 2009, cuando la derecha intento dividir el país.

Pero eso no lo es todo, el gobernador regionalista ordenó retirar la Wiphala del mástil, pese a que este símbolo patrio, que merece respeto, fue izado por el mandatario boliviano minutos antes. Fue un bochorno y un nuevo ultraje a esa enseña nacional, que sufrió ataques durante el gobierno de facto de 2020 por parte de grupos fascistas, situación que causó nuevamente indignación.

Queda constatado e identificado de quienes odian realmente a la Wiphala y quienes promovieron su rechazo en 2020.

Para el exministro de Defensa y docente académico, Reymi Ferreira, el ultraje a la Wiphala fue un “acto de fascistas” y una reacción “torpe” que puso en evidencia el nivel de “ignorancia” del gobernador de Santa Cruz, quien – a su juicio- busca tapar la mala gestión de su gobierno departamental. Sin embargo, y en contrapartida, el exmandatario y líder de la derechista Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, calificó a la actitud de Camacho como “valiente” porque hizo respetar su región para evitar que lo llamen “golpista”.

Cabe recordar que Mesa también participó activamente en el golpe de Estado y yendo más atrás formó parte del gobierno ultra liberal de Gonzalo Sánchez de Lozada, quien huyó del país en 2003 tras una convulsión social generada por aplicar políticas que no favorecían a la población y economía boliviana.

Por último, la gestión de Camacho, junto con la Asamblea Legislativa Departamental, comienza a mostrar una política de divisionismo, ya que en los últimos días se aprobó una ley regional que se atribuye competencias de la Asamblea Legislativa Plurinacional, acción que implica un posible caso de separatismo.

Observando ese tipo de actitudes, provenientes de una autoridad, está claro que el ciudadano boliviano debe realizar una profunda reflexión sobre la actual situación política del país y sacar conclusiones para definir una posición que evite este tipo de actitudes que hacen más daño a la integración de Bolivia, por culpa de intereses ajenos.

Como pueblo boliviano debemos eliminar estas acciones que menoscaban a la imagen del país, que aún está saliendo de la crisis económica generada por una mala administración y la pandemia.

¡NECESITAMOS UNA BOLIVIA LIBRE DEL FASCISMO, RACISMO, DISCRIMINACIÓN Y CON JUSTICIA PLENA URGENTEMENTE!


¡DEBEMOS MANTENER ACTIVA LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA Y RETOMAR LA VANGUARDIA EN ESA LUCHA!

❤️

El Vanguardiano
Miembro del Colectivo La Vanguardia
Militante del MAS y del Proceso de cambio.

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