Su verdadero rostro

“La discriminación social hacia nuestros hijos es cada vez más creciente. El atropello a nuestra cultura ancestral parte muchas veces de las altas esferas de gobierno. Los campesinos no podemos dejarnos engañar con palabras superficiales como ‘hijos o hermanos campesinos’ cuando nuestros enemigos no pueden ocultar su verdadero rostro”.

Segundo Manifiesto de Tiwanaku 1977.

Desdeñar la formación que tiene una autoridad, como la del Viceministro de Ciencia y Tecnología, dependiente del Ministro de Educación, no armonizaría con una historia de lucha y reivindicación, fundada en la pluralidad de nuestro país, que fue suspendida desde noviembre del año pasado; o quizá justamente por ello, hoy tenemos actores políticos, cuya manifestación de esa interrupción, se expele de su naturaleza misma: “Y la democracia sigue haciendo milagros, ahora resulta que los ponchos rojos quieren estudiar MILAGRO”, el autor Cristian Tejada, detentador del viceministerio mencionado.

No creo que sea necesario recordarle al Viceministro, quién fue Abelino Siñani, o tal vez si lo sea, incluso hasta debe ser necesario, mostrarle la ubicación geográfica de Warisata, pero acaso será más importante, hacer referencia al Manifiesto de Tiwanacu de 1973, que entre otras importante expresiones del sentir indígena de Bolivia, señaló respecto a la escuela: “La escuela rural por sus métodos, por sus programas y por su lengua es ajena a nuestra realidad cultural y no sólo busca convertir al indio en una especie de mestizo sin definición ni personalidad, sino que persigue igualmente su asimilación, a la cultura occidental y capitalista. Los programas para el campo están concebidos dentro de esquemas individualistas a pesar de que nuestra historia es esencialmente comunitaria”. Recúrrase entonces a este antecedente, para quitar la idea sesgada poco aterrizada, de que los indígenas no lucharon nunca por recibir una formación acorde a su naturalidad, en palabras simples, no debe hablarse de milagros.

Los Aymaras Indígenas Originarios de la provincia Omasuyos, fueron parte del movimiento indigenista que protagonizó en los años 70 y 80, la lucha contra la dictadura y los triunviratos, cuyo fruto, es la democracia lograda, privilegio del que solemos llenarnos la boca, algunos evidentemente descontextualizados en la historia de Bolivia, se remitieron hace 14 años nada más, al menos eso decían, sus voces pititas.

Si, esos aymaras de los que se mencionaron arriba, son los Ponchos Rojos, que a muchos les sorprenderá, pero no salieron a la palestra pública y surgieron recién en el gobierno de Evo Morales, empero hay otro dato mucho más curioso: en esa lucha junto a próceres de la reivindicación indígena como el gran Genaro Flores, aunque de la misma corriente ideológica, pero al parecer no de similares principios, se encontraban algunos intelectuales indígenas como el señor Víctor Hugo Cárdenas, así es, el Ministro de Educación. ¿Sorpresa?, el ministro que tiene bajo su dependencia nada más y nada menos que a Cristian Tejada, paradójico o no, al libre pensar de cada uno, se puede encontrar en el libro “El Indianismo Katarista, Una Mirada Crítica” de Pedro Portugal Mollinedo y Carlos Macusaya Cruz, el siguiente relato a propósito de Cárdenas: “¿Por qué esa orfandad de apoyo para Víctor Hugo Cárdenas? Teófilo Layme Ajacopa, que en esa época trabajaba a medio tiempo en el Centro Marca, lo atribuye al tratamiento desdeñoso y distante que Víctor Hugo tenía para con los militantes de base. Era un buen político, con gran diplomacia, pero de preferencia para con aquellos que estaban arriba que él.”. Pag. 542.

Entonces, no es que el actuar del Ministro de Educación, al invitar a Cristian Tejada, como candidato para las elecciones de octubre de 2019, y que ahora sea su Viceministro, como consecuencia, que este se haya expresado de esa manera, no debe ser una sorpresa, que hace 30 años ya se hablaba de la actitud lisonjera, que tiene el pensador aymara, ex vicepresidente de Sánchez de Lozada, para con sus “jefes”.

Y no se trata de victimizarse o no. La ofensa no deviene de un particular, porque si así fuera, se la tomaría por quien venga; por el contrario, ésta nace desde una autoridad política, que representa a Víctor Hugo Cárdenas, y consiguientemente a su presidenta Añez. Entonces la voz emanada desde este viceministerio, es oficial y personifica lo que ya todos conocemos, que para alguna persona un poco distraída, solo será tomada como un chiste o un error cualquiera. Pero no, esto para aclararlo mucho más, es la extensión de la personalidad de quien nos gobierna, es la extrapolación de su sentir racista, obcecado desde el 2006.

Es en definitiva, su verdadero rostro.

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